Vistas de página en total

jueves, 3 de enero de 2013

Capítulo 4



 
 
Son las nueve de la noche de un domingo cualquiera. Las calles se vacían y las farolas se iluminan con centelleantes parpadeos de luces amarillas. Una densa niebla se dispersa por la ciudad a la par que la temperatura baja considerablemente y el ambiente se hiela.







Anne cae rendida en el sofá, y se abraza a sí misma. Está muy cansada. Siente la sangre bombeando en sus sienes. Aun puede notar la dulce lengua de Ben recorriendo su boca. Se estremece.

Un rubio aparece en su mente. El recuerdo de Matt viene acompañado de un escalofrío. Con los párpados unidos, suspira. La ternura que le proporciona su pensamiento la aterra levemente.

Una corriente de aire entra por una rendija del balcón y la hace tiritar violentamente. Fifí ronronea desde la oscuridad del pasillo, llamando la atención de la chica. Anne cierra la cristalera de la terraza y coge entre sus brazos al pequeño felino, que maúlla lastimeramente.







- Tú también necesitas un trago de leche caliente, ¿verdad?






En casa de un alicaído rubio, reina la oscuridad y el silencio sepulcral. Está tirado en el suelo, con la espalda apoyada en la pared. Una copa de vino en la mano y la mirada apagada. Jamás se había confundido tanto. Siempre sabía lo que quería y qué tenía que hacer para conseguirlo. Y ahora la cosa era tan diferente…


¿Tan seguro estás de que ella se siente igual que tú? No, no lo estoy en absoluto.
¿Y que no se habría apartado de tus labios? Para nada.
¿Crees de veras que esa niña estaría contigo? No lo creo.
¿Estarías dispuesto a cometer esa locura sólo porque te has encoñado? Puede que lo hiciese.
¿Realmente eres así de vulnerable? Sí, quizás lo sea.
¿Vas a permitir que ella tome el control de tu ser? A lo mejor ya lo ha hecho.
¿No vas a hacer nada al respecto? Y qué puedo hacer…



En el lamento de su sombría soledad y su tácita embriaguez, Matt cierra los ojos para correr a los brazos de un sueño que le permitirá alejarse de todo su tormento. Pero no de ella, pues Anne aparecerá en cada uno de sus sueños hasta el día en que deje de soñar…










-




Un frío húmedo se apodera del lugar. Los árboles danzan con el álgido murmullo del viento. Una gran nube grisácea va tomando cuerpo sobre Londres.

 Anne canta una de sus canciones favoritas, de su grupo fetiche.
 Del disco firmado hace unos días.
 Best of – By your side, Tokio hotel.

Se encuentra en su cama, tumbada con los pies en la pared. Los mueve siguiendo la música mientras acaricia las hojas de un libro al que no presta atención. Es viernes. A penas son las cinco. Y nieva, nuevamente. Fifí juega con los pequeños copos que caen en la terraza, que cuajan casi en el instante. Se respira una fría tranquilidad en casa de la chica. Hasta que suena el teléfono, que brama estridentemente rompiendo el silencio, con crueldad. Anne sale corriendo en su busca y lo coge cuando están a punto de colgar.

- ¿Dígame? – dice con la voz seca por la carrera. Al otro lado de la línea se oye una respiración entrecortada.
- Cielo, soy yo. – contesta un acalorado Ben. Acaba de terminar el entrenamiento de fútbol y no ha parado de pensar en su chica. - ¿Tienes algo que hacer ahora?

Anne ha vuelto a quitarse de la cabeza la idea de dejarle. También parece que el rubio ha desaparecido de su mente, disipando la confusión que con él traía.
Parece.
 
- Pues la verdad es que no estaba haciendo nada productivo… ¿Por? – el moreno carraspea nervioso y las ideas se le atragantan. Anne espera con serenidad una respuesta de su chico, que busca las palabras acertadas.
- ¿Qué te parece si voy a verte a tu casa? – suelta, tras casi un minuto. El silencio atraviesa la línea y las comisuras del chico se tuercen hacia abajo, con poca esperanza. Anne se toma su tiempo para contestar, al igual que él. No sabe realmente si quiere que vaya… Estar tan solos siempre la ha puesto nerviosa. Y la sensación de inseguridad la odia. Pero no quiere herir sus sentimientos. Tampoco le apetece buscar una excusa, ya es demasiado tarde.
- Vale, te espero en una hora – dice, neutra y distraída. No espera una respuesta y corta la llamada, dejando a su chico con la ilusión en la punta de la lengua. Éste recuerda la conversación que tuvo con su mejor amigo el día anterior.

“- O sea, ¿me estás diciendo que lleváis más de tres años juntos y no os habéis acostado? – dice John, su mejor amigo. Están jugando a videojuegos en casa de Ben, mientras hablan de cosas aleatorias. - ¿Ni si quiera lo has intentado? – insiste mirándolo de reojo.
- Tío, no lo he intentado porque me da miedo cagarla. Me muero de ganas, pero el miedo a perderla puede mucho más. Además, últimamente está muy rara. – Con un brillo extraño en los ojos, Ben para la partida y mira a su amigo con el rostro ensombrecido por su intrínseca duda. John lo analiza precozmente, antes de articular palabra.
- ¿Es virgen? – pregunta, muy serio. Ben lo mira con los ojos a punto de salirse de sus órbitas.
- ¡¿Eres idiota!? ¡Pues claro! Soy su primer novio, ¿con quién crees que lo puede haber hecho si no es conmigo?
- Perdona, perdona. Solo era una pregunta… - dice levantando las manos, en señal de inocencia. Arrastra la silla hasta su lado y lo mira a los ojos. – Pero, si yo fuese tú, por lo menos… lo intentaría.”

El chico de pelo azabache sacude la cabeza y entra a la ducha del gimnasio, despejando su mente con un chorro de agua helada. Dichoso John – piensa, ahogando la idea.





Anne termina de cambiar la arena de la caja de Fifí con la nariz encogida. Faltan quince minutos para que Ben aparezca por la puerta. Después de lavarse las manos, corre hacia la cocina y prepara una bolsa de palomitas, que vierte en un bol de plástico transparente. Va hacia el salón y busca entre las películas algo interesante. American beauty, esta no la hemos visto…







En la redacción de Nutz, Matt se halla frente a su ordenador, con la vista pegada a la pantalla y la mente envuelta en un halo de concentración. Edita las fotos para el próximo número de la revista, Rachel sale en algunas. Recuerda el domingo que pasaron juntos. No le prestó demasiada atención ya que su mente volaba hacia otra chica. Debería dejarse de memeces y salir con ella, en vez de estar perdiendo el tiempo con deseos inútiles. Sí, claro, como si pudiera olvidarme de Anne…



A las seis en punto, Anne le abre la puerta a su chico. Él la abraza, dando una vuelta con ella en volandas. La besa tiernamente por unos segundos y la deja nuevamente en el suelo.
- ¡Qué ganas tenía de verte! – asegura Ben ensanchando su sonrisa. Anne, con los labios aun enrojecidos, se ríe. Ambos caminan cogidos de la mano hacia el salón. Fifí le salta encima al chico. – Eh, minino, ¿qué pasa? – él lo acaricia suavemente, ante la mirada cariñosa de la chica. Ben adora a los gatos.

Ambos se sientan en el sofá, con los cuerpos demasiado juntos para el gusto de la chica. Anne enciente el DVD, poniendo la película. Durante las dos horas que dura, ninguno dice nada. Sólo él la besa de tanto en tanto. Ella está más ocupada intentando que el argumento no se le haga familiar.
Cuando comienzan los créditos, los ojos azules de Ben brillan. Le arrebata suavemente el mando a la chica, apagando la televisión. La mira intensamente, haciendo que la chica se pierda en su cálida mirada. A Ben le arden los labios. Los junta a los de Anne con necesidad y ella parece quemarse por un momento, dando un leve respingo. Él no tarda en echar su cuerpo sobre el de su chica, y en la mente de ella una interrogación parpadea duramente. Tiene mucho calor y toda su sangre parece haberse posado sobre sus mejillas. Quiere decirle que pare, pero el olor a Hugo Boss le turba la mente. Cierra los ojos y se deja hacer por un momento. Hay un silencio espeso, profundo y cargado.
Como si de un calambre se tratase, el recuerdo de Matt le hace dar un bote. Ben deja de besarla y arruga la frente en un gesto de confusión.
Los ojos de Anne acogen un carácter diferente. Esta vez es ella la que junta sus bocas. Nunca lo había besado con tanta pasión. Quizás es porque en su mente no está besando al moreno.

Al cabo de unos minutos, Ben recuerda la conversación con su amigo. No se lo piensa dos veces y, con su chica en brazos, va hacia la habitación de esta.

Anne tiene la cabeza demasiado embotada como para pensar fríamente en lo que está ocurriendo. Él la tumba sobre la cama y, sin reparo alguno, la aplasta con su peso. No puede parar de besarla. Es una necesidad que duele. Siente como deja de ser dueño de sus actos cuando se deshace de su camiseta, dejando al descubierto un torso marcado por años de deporte. Ben se zafa del jersey de ella con un rápido juego de manos.
Anne parece reaccionar al contacto con su piel desnuda. Se muerde los labios fuertemente, sacando fuerzas de donde puede. Él está concentrado en su cuello y no se da cuenta de lo que la chica le quiere decir con la mirada.
Ella coloca sus pequeñas manos en el pecho de su chico, apartándolo de un brusco empujón. Él queda aturdido por un segundo y después ve como ella se tapa velozmente con su jersey. Tiene la cara encendida y él muere de vergüenza. ¿Qué estás haciendo, idiota?
- Anne, lo siento – se disculpa alejándose de ella. Coge su camiseta por los bordes y se la coloca como puede. – De verdad que no sé qué me ha pasado… - Ella, aun aturdida, mueve la cabeza de lado a lado. Está demasiado sorprendida como para articular algo coherente.
No sólo ha sido culpa de él, ella estaba demasiado entretenida fantaseando con el rubio. Jamás había pensado en otro chico mientras le besaba. Hasta hoy. Se siente avergonzada y ruin. Él, culpable y miserable.
 
- Vete – susurra la chica, sin mirarle. No quiere llorar, pero le apetece tanto…
Ben, abatido, se coloca la chaqueta mientras la mira con los ojos aguados por la culpa. Hace un amago de acercarse a ella, pero el miedo lo impulsa a quedarse quieto. Quiere retenerla entre sus brazos, disculpándose hasta acallar el sentimiento amargo que le ha quedado en la boca. Decide irse y conservar el ápice de dignidad que le queda. Llega hasta la puerta de la habitación por la inercia de sus pies y, antes de salir, le regala una mirada de disculpa a la chica, que lo mira sin expresión alguna en su rostro. En la mente de ella, rondan infinidad de pensamientos contradictorios y lo único que logra hacer es neutralizarlos bajo un manto de indiferencia. El chico de pelo azabachado recorre la oscuridad del pasillo sin mirar atrás y, cuando llega hasta la puerta principal, agarra el pomo de la puerta dispuesto a irse de allí, pero unos finos brazos le rodean el pecho, reteniéndolo con fuerza. Asombrado e incrédulo, mira hacia atrás casi con temor. Con miedo a que fuese su imaginación. La chica lo mira desde abajo con los ojos llenos de lágrimas. Anne lo gira completamente hacia ella y salta a sus brazos. Lo besa, derramando lágrimas. Un beso salado, delirante y violento que dura varios minutos en los que las mentes de los dos vagan lejos de allí. La chica separa sus cuerpos y, cogiendo a su chico de la mano, lo arrastra hacia su habitación. Cierra la puerta con un portazo y tira a Ben sobre el cómodo colchón en el que hace apenas unos minutos habían estado. Está decidida a hacerlo, y sus ojos gritan deseo. En su mente ya no hay lugar para el rubio.

Con la luz apagada y sus cuerpos pegados, la pasión los devora y caen rendidos, amándose por primera vez.

Y en la intimidad de la madrugada, ambos duermen entrelazados, con sus sueños unidos.
 Anne le quiere. Y quizás sí sea suficiente…








Continuará...Pd: ¡Feliz año! ^^
Espero que os guste el capítulo :3
Mientras repaso los capítulos voy cambiando cosas que se me van ocurriendo... en mi mente hay montado un culebrón del copón jajajajjajajaajjaa

7 comentarios:

  1. woooww lo ame encerio escribes HERMOSO!<3 pero una pregunta es fick de Bill o Tom o de TH? pero si no es de ninguno como quiera esta HERMOSA<3 ojala subas pronto!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias ^^ Pues, en principio, no es un fic de TH pero quizás más adelante aparezcan y sí se convierta en una... o a lo mejor no jajajaj no lo sé :)
      Gracias por pasar y leer^^

      Eliminar
    2. jajaja no te preocupes bueno ojala aparescan algunos de TH :D encerio amo tu fick me puedes recomendar algunas ficks? :D

      Eliminar
  2. ¡Me encanta, me encanta, me encanta!, De verdad tu forma de escribir es tan, no sé, exquisita, me encanta, ¡no me aburro de leer!
    Espero que subas pronto, de verdad me gusta mucho.
    Bueno, cuídate mucho c:

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Vaya, que cosas me dices... me sonrojo!! jajajajajajaja GRACIAS INFINIIIIIIIIIIIITAS ^^ no sabes cuánto me alegra que te guste, de verdad!!!!
      Un besazo enoooooooorme :3

      Eliminar
  3. ¡Hola!
    Antes de nada, comentar tu nuevo capítulo: TAN GENIAL COMO SIEMPRE. Me está estresando la situación de Anne con Ben... y con Matt. No sé con cuál de los dos me quedaría, si te soy sincera xDD
    Y, ahora, con respecto al comentario que me dejaste sobre el fic: Sí, Tom es así de directo en el fic xDDDDD (lo digo por la frase "porque quería mi pene").
    Jajajajaja, la verdad, no pensé terminar el capítulo de esa manera... pero me surgió así, así que me alegro de que te haya gustado/puesto perraca ê_ê jajajaja
    A mí también me encanta Cristal, es, incluso, el personaje que más me gusta del fic.
    Un beso, y muchas gracias por pasar, paisana!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, la verdad es que Anne tiene que estar muy estresada con tanto maromo pululando jajajajajajajajjajajajajajaj Yo tampoco sé con quien me quedaría... son tan diferentes :3
      Muchísimas gracias por leer, de corazón.
      Un abrazo, paisana ^^

      Eliminar